Las selfies en el gym (o el estereotipo de la persona saludable)
- @nodosccp
- 17 feb 2017
- 2 Min. de lectura
No pretendo hacer un ensayo sobre lo ridículo de las selfies en el gym, porque sólo me proyectaría como una persona sedentaria y envidiosa. Tampoco pretendo justificarlo con el argumento de la autosatisfacción contemporánea o que si no hay foto nunca existió... Lo único que pretendo es sentirme mejor, sabiendo que hay gente que también está chata que nos refrieguen en la cara lo gordo que parecemos.
He realizado una investigación acabada en Instagram sobre los new gymers, y primero: qué onda que Instagram se transformó en un álbum de fotos de perfil, y segundo: qué onda los espejos y los cuerpos. Me queda la duda si es que aprovechan la oportunidad de ir al gym para tomarse una foto muy casual, como lo harían en cualquier espejo, o si efectivamente se inscribieron en el gym solo para tomarse fotos. Lo peor es que tienen un millón de likes, de gente que también paga un ojo, para tomarse fotos!?... Sin juzgar a nadie, puede que estuvieran muy calientes no más y le dieron me gusta; aunque no entiendo por qué otra razón le dan likes si no es de calientes, porque si lo pensamos, han cachado cómo huelen los gimnasios!? Y eso no es todo, han pensado en lo sudadas que están esas manos cuando toman el celular!?...
Para no generalizar la selfie en el gimnasio (ahora me carga la palabra gym), podría describir tipos de fotos. Está la normal, que todos conocemos, con el torso descubierto y el six pack evidente. Pero cuando son principiantes o el personal trainer no ha hecho bien la pega, sólo muestran los brazos con una musculosa con el cuello abierto hasta el ombligo. También están los inseguros, que no quieren ser como los otros, pero les gana el ego y se toman la foto igual, pero solo de las piernas o en el espejo pero a contraluz, con tal de ocultar el rostro y dejando mucho a la imaginación; la idea es decir que está en el gym.
Sólo para saber si alguien había escrito algo parecido, guglié: selfies en el gym, y me aparecieron dos noticias sobre un estudio en Londres, que relaciona la selfie con un problema psicológico; y esto, de alguna extraña forma, hace que la otra gente, la espectadora, sienta la necesidad de apretar el like, como para complacer al sujeto fotografiado. Y es que, no es difícil asociar esta conducta con la necesidad de visibilizar su narcisismo, el gusto por sí mismo, lo que la verdad de las cosas, a mí me importa un huevo, pero amigo, amiga, ya es suficiente. Y no me vengan con el pretexto de la vida saludable, porque bien enfermo encuentro depender de la aceptación de gente que en tu vida has visto.
Por eso hago un llamado a todxs a no perpetuar este estereotipo tan chano y que ojalá sea sólo una anécdota de la posmodernidad, un tropiezo en el desarrollo humano. Que el tabú de la celulitis se termine y que exista una opción de dislike.
@nodosccp

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