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¿Cómo conocí a Macanudo?

  • Mila Ja!
  • 24 nov 2016
  • 2 Min. de lectura

Probablemente para muchos la historieta Macanudo, del argentino Ricardo Liniers Siri, sea una expresión humorística simplemente genial, en donde los trazos del autor dan vida a personajes icónicos que forman parte de una realidad llena de imaginación y creatividad; para mí, hasta hace poco, Macanudo era sólo una expresión de antaño usada en los 80 para decir que algo era genial.



Hace un mes, aproximadamente, me reuní con dos amigos penquistas que viven en Santiago, entre conversaciones serias y absurdas surgió la siguiente pregunta por una de las partes:


¿Han visto el video del niño poseído por una señora mayor?


Mi primera reacción fue equivalente a una risa explosiva, de esas que llegan a ser vergonzosas, por la expresión “una señora mayor”; luego de ver el video notamos que éste no tenía nada diabólico y que simplemente se trataba de un niño de 12 años que modulaba con extrema perfección sus palabras, acompañadas de un tono de voz bastante anticuado para su edad.


Luego de ver repetidas veces el video, terminamos la noche diciendo las frases “me gusta la literatura” y “Liniers” y ahí fue cuando todo cambio, ya que comencé a cuestionarme ¿quién era ese tal Liniers? y ¿qué demonios era Macanudo?


Al día siguiente no paraba de pensar en Macanudo, quería conocerlo, quería saber porque a ese niño le gustaba tanto, por la mañana ya había hecho una pequeña investigación en San Google, por lo que ya sabía que era un argentino que dibujaba historietas; primera pista para saber dónde buscar.


Me dirigí a una librería con un solo objetivo, encontrar a Macanudo y lo logré, el vendedor me mostró un estante imperceptible a la vista, casi a ras de suelo en donde se anidaban todas las historietas, habían de Macanudo de Peanuts de Jim Davis, un paraíso que no conocía hasta ese momento.


Ese día compre mi primer Macanudo y me enamoré, encontré en aquella historieta un humor que va desde lo absurdo hasta lo existencial. Disfrute leyendo esas conversaciones entre Enriqueta y Madariaga, riendo a carcajadas con las absurdas situaciones representadas por los pingüinos y por sobre todo, me di cuenta que la historieta va más allá del humor, ya que es prácticamente una enseñanza que nos ayuda a comprender que nada es mucho y que mucho es nada; que nuestra felicidad depende de que tan capaces somos de disfrutar de lo mínimo, de lo verdadero y sincero, dejando atrás las apariencias que mantienen en el límite a una sociedad enferma.



Desde aquella noche en que me reí a carcajadas con “el niño poseído por una señora mayor”, surgió mi interés por Macanudo y hoy me declaro una fanática.


Una historia nada convencional para llegar a conocer la genialidad de Liniers, pero agradecida de Juancito, el niño de 12 años al que le gusta el arte, la literatura y hacer collage en tela.



Mila Ja! #Claire #Música, Películas y Libros


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